Esta recuperación nos tiene asombrados. Miramos la obra final y no podemos creer que nosotros dos fuimos capaces de dejarlo tan divino.
Se trata de un ropero (creemos que de cedro) que estaba en la casa de los padres de Alberto cuando se mudaron. Durante mucho tiempo estuvo guardado en un galpón; sumado al tinte oscuro que se ve en las fotos, vino con manchas de nafta, sorpresas avicolas y un par de cuestiones a resolver:
Los Albertos lo desarmaron y le dieron con un compresor para lograr una buena limpieza inicial.
Ya en casa, con la lijadora orbital hicimos el trabajo mas facil -planos rectos- y dejamos para el final las muesquitas de patas y detalles de alzada y cajón.
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La lija hace un ruidito bastante potente, por suerte los vecinos son copados y nadie nos rajó de la terraza. |
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Alberto es mas minucioso que yo así que estaba designado a los rincones mas dificiles |
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Acá se ven bien los detalles que costaron bastante mas que el resto. |
Como decidimos dejar la madera virgen y no pintarla ni darle barniz, aplicamos mucha cera en pasta para protegerla sin cambiarle el color original (ni hablar del olorcito rico que deja).
El trabajo no fue muy sencillo pero la verdad quedó ESPECTACULAR.
TARAAAAAAAN...
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Detalle: nos cansamos con las patas asi que decidimos hacerlo en una segunda etapa, pero a mi cada vez me gusta mas así como quedaron |
Lo pusimos en el Living (único lugar donde entraba) y como la tele
calzaba justo decidimos ponerla ahi. Resultado: todos contentos. A
Alberto le gusta mas este lugar poruqe puede verla mas cómodo y a mi me
copa que quede como escondida.
Todavía ni empecé a ordenarla como me gustaría que quede pero por
cuestiones operativas -la casa era un quilmobex - organicé un poco lo que andaba tirado por ahí y
lo metí como venía.
Y, que dicen?
Para mi quedó especial.